El Madrid del futuro quiere empezar a construirse y, para ello, debe actualizar sus normas urbanísticas a las nuevas realidades económicas y sociales que han surgido en la ciudad. No solo con la mirada puesta en el largo plazo, sino en el presente, para dar respuesta a actividades y modos de vida asentados ya en la capital y que no se recogen en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1997. El Ayuntamiento de Madrid ha aprobado esta modificación parcial del plan, con una nueva normativa que marcará las pautas para la edificación de fantasías, poniéndole coto en las zonas urbanas; impedirá edificar viviendas de menos de 40 metros cuadrados y permitirá balcones más grandes; sentará las bases de las nuevas formas habitar, como el ‘cohousing’ y el ‘coliving’, y marcará el punto de partida de los nuevos desarrollos del sureste.
La actualización -que deberá recibir en un plazo de cuatro meses el visto bueno de la Comunidad de Madrid par ponerse en marcha- no ha estado exenta de polémica en el pleno de Cibeles. Se ha aprobado solo con los votos del PP, que cuenta con la mayoría absoluta para hacerlo, y que ha defendido que la normativa es «necesaria, imprescindible y urgente» y que «se crearán 4.182 puestos de empleo y se incrementará en 215 millones d’ euros el PIB de la ciudad”, en palabras del delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante.
Los partidos de la izquierda no han dejado de criticar la norma. El PSOE ha tildado de “insuficiente” y ha asegurado que “de los 215 millones, el 80% irá a las constructoras, las entidades bancarias y las aseguradoras”. El partido capitaneado por la exministra Reyes Maroto ha censurado que el Ayuntamiento de Madrid no haya recogido la prohibición de abrir cocinas fantasma a menos 500 metros de colegios o centros de salud ni la limitación de horario, y ha subrayado que la normativa “solo favorece a especuladores privados”. Más Madrid ha ido más allá, y ha informado que llevará el reglamento a los tribunales, tras calificarlo de “fraude” y “atropello”, para “evitar que el Gobierno municipal se salte la ley”.
cocinas agrupadas
Los restaurantes virtuales, o cookings fantasmas, operativos solo para que los ‘riders’ recojan los pedidos realizados a través de las aplicaciones que proliferan con la pandemia en los bajos de los inmuebles y patios de vecinos. Ahora, en primer lugar, implantar en polígonos industriales y limitar su actividad en zonas residenciales. Solo podrá instalarse en locales de uso industrial con un máximo de 350 metros cúbicos, con la obligación que tengan en el interior del establecimiento de las áreas de espera, carga y descarga y estancia de los transportistas. El máximo de cocinas permitidas será de ocho.
Vivienda
Tal y como adelantó este diario, las viviendas de nueva construcción deberán tener un mínimo de 40 metros cuadrados. Se potencia la incorporación de balcones y terrazas, incrementando su realce (hasta 0,75 metros de frente a los 0,45 de antes) y se admite la posibilidad de disponer terrazas sobre el espacio libre de parcela sin computar en edificabilidad cuando estén descubiertas en al menos dos plantas.
La norma regula los tendederos, trasteros y zonas comunitarias. No será necesaria la separación física entre cocina y tendedero, y se admite la instalación en planta baja de los trasteros, sin que cuenten en la superficie edificable total.
Los locales comerciales pueden transformarse en un espacio habitable y donde se encuentre el uso principal del edificio residente, ubicados en una planta baja o una planta pescado, e integrados en la composición de la fachada del edificio.
‘Cohabitación’ y ‘coliving’
Se integra en la nueva categoría de la clase de residencia compartimentada. En el ‘coliving’ se aumentarán las zonas comunes y se reducirá el número de viviendas, que no podrá ser menos de 15 m2 para una persona, ni de 10 m2 por persona cuando esté previsto para más de una. En el ‘cohousing’ la superficie mínima de la vivienda será de 30 m2, compensando el restaurante hasta los 40 m2 con las zonas comunitarias.
factor verde
Las normas introduce un nuevo parámetro urbanístico: el factor verde. El objeto es mejorar la sostenibilidad ambiental mediante y aumentar la superficie vegetal total en la edificación a través de cubículos y fachadas verdes y, en el espacio libre de las parcelas, potenciar la arborización y la jardinería. La pérdida de elementos de producción de energía sustentable o elementos constructivos de eficiencia mejorada, así como los cuartos para guardar vehículos de movilidad sustentable, no computarán a efectos de edificabilidad. “Todas las nuevas edificaciones con estacionamiento deberán contar con puntos de recarga de vehículos y plazas reservados para los de movilidad sostenible”, anunció Carabante.
Dotaciones
Se flexibilizan los usos y se simplifica la implantación de equipamientos dotacionales básicos para crear “agilidad”. Así, la instalación de un centro cultural o deportivo, por ejemplo, se hará sin tener que redactar un plan especial. De igual formado, allowe el destin transitorio de solares por un plazo máximo de cuatro años para qu’est pueden dedicar à zones de sparcimiento y la mjora del paisaje urbano hasta qu’est construya el dotacional previsto.