Aumento de las tasas de interés, consumo socavado por la inflación, estancamiento del poder adquisitivo: «falta de impulso» demanda, el crecimiento francés será modesto en 2023. No superará el 0,6% en el conjunto del año, tras el 2,5% de 2022, según las cifras indicadas por el INSEE y publicadas el jueves 15 de junio de 2023. En concreto, tras el 0,2% de el primer trimestre, se espera que el crecimiento sea del 0,1% en el segundo y tercer trimestre, y del 0,2% en el cuarto trimestre de 2023.
Francia escaparía así, aunque ligeramente, al declive que está golpeando definitivamente a la zona euro, donde el producto interior bruto (PIB) cayó un 0,1% en el cuarto trimestre de 2022 y el primer trimestre de 2023, según los indicadores publicados por Eurostat. Jueves 8 de junio. Le va mejor que Alemania, más expuesta a la guerra de Ucrania, y que debería experimentar un descenso del PIB este año del 0,3%, según cifras citadas por el INSEE. Pero menos que sus vecinos del sur, ya que España avanza hacia un crecimiento del 2%, tras el 5,5% de 2022, e Italia del 1,3%, tras el 1,9%.
Una pequeña luz en un panorama muy sombrío, la inflación ha comenzado de verdad a su reflujo. Por primera vez en un año, la subida de los precios de consumo en Francia ha descendido desde la meseta en la que se integraba, hasta alrededor del 6%. Gracias a los precios más bajos de los productos derivados del petróleo y la desaceleración en otras materias primas, la inflación se desaceleró a 5,1% en mayo.
Menor consumo
A fin de año, la suba de precios de uno se limitaría al 4,4%, según el INSEE. Se espera un fuerte respiro en los lineales de alimentación: al 7,4% a final de año, el ritmo de subida de precios debería reducirse a la mitad respecto a 2022. Pero, de todos modos, la cesta de la compra se habrá disparado un 19% en los dos últimos años.
Para todos los bienes y servicios, el aumento de precio promedio en Francia durante dos años es del 15 %, en comparación con el 20 % de nuestros vecinos alemanes. Si la caída de la inflación no significa que los precios bajarán, el consumo debería hacerlo un poco mejor. “Los hogares poco a poco dejaron de reducir sus compras de alimentos”dice Olivier Simon, jefe de la división de resumen económico del INSEE.
Esto no será suficiente para compensar un mal comienzo de año: 2023 se traducirá en una caída del consumo del 0,2%, tras una subida del 2,1% sobre el conjunto de 2022. Paradójicamente, la subida de precios no ha animado a los hogares echar mano de sus ahorros para mantener su estilo de vida: la tasa de ahorro, subraya el INSEE, se mantiene en el 18 % de la renta disponible, particularmente elevada en comparación con la media a largo plazo, en torno al 15 %.
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