El país cuenta con el principal complejo sojero del mundo pero es cada vez menos influyente en la formación de precios.
En la campaña 2022/23, por efecto de la sequía, la Argentina tendrá la peor cosecha de soja de los últimos 25 años. Con 16 millones de hectáreas sembradas, la producción nacional de soja se proyecta en 22,5 millones de toneladas, exactamente la mitad del promedio de las últimas cinco campañas.
Y un agravante de esta situación es que a pesar de la baja esperada en el volumen ofrecido por la Argentina nadie observo una reaccion alcista del mercadopor el contrario, los precios internacionales de la oleaginosa muestran pocos fundamentos alcistas.
Tal como remarcó el económico Juan Manuel Garzón en Twitter, Brasil está compensando la caída en la producción argentina con un gran volumen de cosecha esperado, pero también es evidente que el 50 por ciento de la cosecha argentina es cada vez menos importante en la oferta global .
Un gráfico interesante compartido por Garzón muestra que en 2008/09, la mitad de la cosecha argentina de soja representó el 10 por ciento del volumen total volcado en el mercado internacional, con local el país tenía cierta incidencia en la formación del precio, pero en el campaña actual el impacto del 50 por ciento de la cosecha en el mercado global es de apenas el 6.5 por ciento.
En este contexto, la semana pasada Rodolfo Rossi ha asumido el rol de presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (ACSOJA), y uno de sus principales objetivos estará encaminado a cultivar el estancamiento productivo en el que se encuentra desde hace varias campañas. Desde el sector afirman que con los incentivos adecuados la oleaginosa podría apuntar tiene un volumen de 70 millones de toneladas.
