Las fuerzas especiales ucranias han desembarcado a las cinco de la mañana de este jueves en Crimea en una operación relámpago. Es la primera vez desde el inicio de la invasión rusa que el ejército ucranio consigue pisar la península anexionada ilegalmente por Moscú en 2014. Así lo han confirmado a los medios ucranios Andriy Yusov, mando de los Servicios de Inteligencia del Ministerio de Defensa (GUR), y varias cuentas de información militar oficiales rusas en Crimea.
El asalto lo han protagonizado 10 miembros del GUR, que habrían recorrido en dos lanchas rápidas las cerca de 94 millas náuticas (175 kilómetros) que separan la costa del mar Negro controlada por Ucrania y el cabo Tarkhankut, en el extremo occidental de Crimea. Yusov ha asegurado que sus soldados cumplieron con los objetivos marcados antes de abandonar Tarkhankut de regreso a su base. El mar Negro está bloqueado y patrullado por la flota rusa.
En este cabo se ubica un sistema de radares militares rusos. También tenía en Tarkhankut su base una batería de defensa aérea S-400 que fue destruida este miércoles en un ataque con drones ucranios. Tanto las autoridades rusas en Crimea como testimonios locales recogidos en las redes sociales han informado de que se produjo un intenso intercambio de fuego en las inmediaciones del pueblo de Mayak. Kiev asegura que no tuvo que lamentar ninguna baja. El GUR también ha difundido un vídeo del desembarco en el que se pueden ver a sus militares disparando sus fusiles y una ametralladora de gran calibre desde una de las embarcaciones.
El desembarco coincide con una intensificación de los ataques ucranios, mediante el uso de drones, aéreos y náuticos, contra las posiciones rusas en Crimea. El valor militar de esta operación relámpago es menor que su valor simbólico porque demuestra que Kiev no quiere renunciar a su soberanía en Crimea y también prueba que la estabilidad de la ocupación rusa en la península está lejos de ser segura.
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