La economía española suele destruir empleo en agosto por el fin de la temporada turística y este año no ha sido una excepción pese al extraordinario comportamiento del mercado laboral en la primera mitad del año. El mes pasado, el fin del verano hizo que la Seguridad Social perdiera 185.384 afiliados, con lo que se interrumpieron seis meses consecutivos de creación de empleo medido por el número de cotizantes al sistema. Si bien la creación de empleo desde enero pasado ha sido tan alta (410.229 trabajadores más en los ocho primeros meses del año) que, pese a la caída de la ocupación en agosto, el número total de afiliados se mantuvo en 20.706.500 personas, el nivel más alto en dicho mes de la serie histórica, según las cifras hechas públicas este lunes por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Al tiempo, el departamento de Trabajo también ha informado de que el número de parados registrados aumentó en 24.826 desempleados, pese a lo que el número total de parados siguió en el nivel más bajo desde 2008, con 2.702.700 personas inscritas en las oficinas de empleo. Esto último obedece a la misma razón que los buenos niveles de afiliación: el buen ritmo al que se ha recortado el desempleo a lo largo de 2023.
Así, se trata de una destrucción de empleo y un aumento del paro atribuibles netamente al comportamiento estacional de la economía en el mes de agosto, ya que si se eliminan dichos efectos estacionales y de calendario de estas estadísticas, la Seguridad Social habría ganado 17.745 cotizantes en agosto y el número de desempleados habría caído en 23.373 personas.
Este comportamiento del mercado de trabajo se produce tras varios meses en los que, pese a seguir con niveles récord de empleo por el dinamismo de la ocupación en el primer semestre, el ritmo de ganancia de ocupados fue más modesto que en años anteriores. Y se podría decir que en agosto pasado también se reprodujo este patrón, ya que, al igual que en junio y julio, se registró una pérdida de pulso en la creación de empleo. De esta forma, la destrucción habitual de puestos de trabajo en agosto ha sido este año más intensa que la media registrada en la anterior etapa de recuperación del empleo (2014-2019) tras la gran crisis financiera de 2008, cuando dicha media de pérdida de ocupados en ese mes fue de 162.055, frente a los más de 185.000 destruidos el mes pasado.
No obstante, desde el Ministerio de Seguridad Social prefieren destacar que la pérdida de empleos en agosto de este año ha sido “más suave” que los años inmediatamente previos a la pandemia, aunque esto solo ocurrió en 2019 y 2018, porque el resto de ejercicios de la etapa de recuperación de la crisis financiera las pérdidas de ocupados en agosto fueron menores que en 2023.
Por el contrario, en esta misma comparación con lo ocurrido en el anterior periodo de recuperación de la crisis de 2008 y en la prepandemia, pero con los datos de paro registrado, se observa un mejor comportamiento en agosto de este año. De hecho, en la etapa 2014-2019, el incremento medio del desempleo fue de 32.000 parados en ese mes vacacional; mientras que en los años inmediatamente anteriores a la pandemia (2019 y 2018) este aumento fue prácticamente el doble que en agosto de 2023.
La hostelería aguanta
No obstante, a pesar de que la evolución del mercado laboral estuvo marcado por el componente estacional de agosto, el sector de la hostelería, en contra de lo que pudiera esperarse, no lideró la destrucción de empleo ni mucho menos, ya que apenas perdió 1.333 cotizantes, lo que anticiparía un septiembre bueno para el turismo. Aunque las actividades relacionadas con el ocio y el entretenimiento, sí experimentaron una fuerte caída del 5% en su afiliación, perdiendo más de 15.000 trabajadores.
Por su parte, los mayores recortes de empleo se siguieron observando de manera inesperada en la educación, que siguió perdiendo casi 60.000 cotizantes, por lo que este sector estaría apurando los días para hacer las nuevas contrataciones del curso escolar ya en septiembre. Asimismo, se registraron destacadas pérdidas de puestos de trabajo en la construcción (con 17.262 afiliados menos que en julio) y en la industria manufacturera (-15.500). En ambos sectores se detecta históricamente la práctica fraudulenta de dar de baja a los trabajadores en agosto para que la empresa se ahorre parte de los pagos vacacionales.
Solo el sector de la sanidad creó empleo de forma reseñable en agosto pasado. En concreto, casi 17.000 nuevos ocupados, lo que puede atribuirse, entre otras cosas, a que estas actividades suelen sustituir a sus trabajadores en vacaciones, sobre todo en las zonas turísticas y con mayor afluencia de personas en verano, con lo que, en esos casos, se contabilizan dos afiliados para un mismo puesto.
Ligera bajada de los nuevos indefinidos
En cuanto a la calidad del empleo, la nueva contratación indefinida se resintió ligeramente, ya que el peso de los fijos sobre el total de nuevos contratos firmados ese mes bajó un punto hasta el 38,5%, con lo que se situó en el nivel más bajo desde que entraron en vigor el grueso de las medidas de contratación de la reforma laboral en marzo de 2022.
Los contratos fijos discontinuos, sin embargo, siguieron ganando terreno. De los 418.927 contratos indefinidos que se firmaron en agosto, 152.189 fueron fijos ordinarios a tiempo completo y una cantidad similar (149.044) fueron fijos ordinarios, lo que supone un avance de estos últimos, ya que su peso en el total de los afiliados es muchísimo menor al del resto de indefinidos. Además, se firmaron 86.440 indefinidos a tiempo parcial.
Balance pospandemia
Desde la Seguridad Social, liderada por el ministro José Luis Escrivá, hacen este martes un positivo balance de la recuperación del empleo desde el impacto de la crisis del Covid-19. Así, indican que la afiliación al sistema ha ganado 1,3 millones de trabajadores respecto al nivel previo a la pandemia (febrero 2020) en términos desestacionalizados, de los que dos de cada tres corresponden al sector privado.
Además, este incremento de cotizantes, ha sido especialmente intenso en sectores de alto valor añadido como la informática y telecomunicaciones, cuyo número de afiliados ha aumentado un 23,9%, o actividades profesionales, científicas y técnicas, que presenta un crecimiento del 14,4%. Desde el fin de la pandemia, uno de cada cuatro nuevos afiliados (291.000 en términos absolutos) se ha incorporado a estos dos sectores altamente productivos, explican desde el Ministerio de Inclusión.
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