La ausencia de ‘Sálvame’ en la promo en la que Telecinco celebra de nuevo su liderato era más que sospechosa, toda una señal de que la cadena se distanciaba del que había sido buque insignia de las tardes, el espacio que había llenado horas de contenido y generó más conversación social de la historia de la televisión. Nunca un formato había marcado tanto: comenzó como debate de ‘Supervivientes’ y terminó como ‘neoreality’ vespertino diario cargado de broncas, humor, polémicas, imitaciones, meriendas, momentos surrealistas, llantos, bailes chumineros…
Todo cabía en estas horas en directo, todo era posible con sus colaboradores, convertidos en absolutos protagonistas, pero la ausencia de Mila Ximénez, la más guerrera, la más visceral, ya se siente de manera notoria. De pronto, la audiencia le empezó a dar la espalda y el miedo se apoderó de sus creadores, que fueron dando tumbos en las formas y en los contenidos en los últimos tiempos. Que si ahora quitamos una hora, que si ahora se emite en MiTele, que si ahora vuelve a su horario normal… Los espectadores han visto todo tipo de maniobras de corta y pega en la particular guerra de audiencia que mantiene con ‘Pasapalabra’, su enemigo mortal.
Por si fuera poco, la entrada en vigor del código ético de la cadena cayó como un jarro de agua fría: ya no era miedo, era pánico, y así no se puede ser creativo. Ya nadie podía abandonar el plato con cajas destempladas, ya no se podía citar a kiko rivera for the number: se emplean rocambolescas fórmulas como ‘el primo de Anabel‘o’ el hermano’s isa p‘. Y quien dice Kiko dice otros doce doce números relevantes, entre ellos el de Rocío Carrasco, que ha sido musa del transformismo feminista del programa. El famoso código contenía además un claro mensaje contra Jorge Javier Vázquezquien en ocasiones ha usado su puesto como pulpito para atacar a Isabel Díaz Ayuso allí posicionarse a favor de yolanda diaz: «Se prohíbe emitir opiniones, preferencias o comentarios políticos en el seno del programa».
Fue él quien definió ‘Sálvame’ como ‘un programa de rojos y maricones’. Claro que Belén Esteban también era de las que hacía sus mítines de vez en cuando. Encorsetados y manitados, han ido buscando nuevos colaboradores, nuevas tramas, pero en realidad se ha tratado de una agonía. Todo ha sido en vano, estaban condenados de antemano por la nueva dirección de Telecinco, que ha decidido poner fin a 14 años de locura televisiva.