España se gastará este año en torno a un 13,6% de su Producto Interior Bruto (PIB) en pensiones, según el Ministerio de Seguridad Social. Es el pilar más robusto del Estado del bienestar y, según las proyecciones del departamento que dirige José Luis Escrivá, seguirá creciendo en los próximos años, a medida que se jubile la pobladísima generación del baby boom. Las estimaciones difundidas este martes en el informe Proyecciones del Gasto Público en Pensiones en España, con el que el Ejecutivo da cumplimiento al hito 410 del componente 30 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, auguran que el gasto ronde el 15% en unos 20 años.
Las proyecciones del Gobierno indican que el gasto en pensiones seguirá suponiendo entre el 13,5% y el 14% del PIB hasta 2035, que entonces empezará a crecer rápidamente hasta el 15% en 2042 y se mantendrá en ese nivel hasta 2047. Entonces, una vez superada la presión que supone en el sistema la jubilación del baby boom, empezaría a caer el gasto en pensiones, hasta situarse en el 14,7% en 2050.
Estas previsiones tienen en cuenta la revalorización de las pensiones en función de la evolución de los precios. Para 2024, según fuentes del departamento de Escrivá, las pensiones contributivas se revalorizarán en torno a un 4%, en línea con la previsión de inflación.
La reforma de pensiones acordada por el Gobierno en marzo, con el apoyo de los sindicatos y sin el de la patronal, alude al 15% del gasto como límite a partir del cual se activa el llamado mecanismo de cierre. Pero con un matiz: establece ese límite si las medidas de ingresos que contiene la reforma son iguales al 1,7% del PIB. Es decir, si los ingresos del sistema crecen un 1,7%, el gasto puede alcanzar el 15%. Según las estimaciones del Ejecutivo, el refuerzo de los ingresos será de un 1,8% de PIB de media en el periodo 2022-2050. Al final del periodo, esos ingresos escalarían hasta casi el 2,5% de PIB. Así, el Gobierno anticipa que no será necesario activar este mecanismo.
Las proyecciones de la Seguridad Social auguran que la tasa de fecundidad converja con la europea a largo plazo, que la esperanza de vida escale hasta los 91,4 años para mujeres y 87,1 en hombres en 2050, y un aumento de la inmigración. Así, y con el envejecimiento como principal factor, la población en edad de trabajar —ahora casi 29 millones de personas—, caería por debajo de los 28 millones. Este fenómeno se daría pese al aumento general de la población, que escalaría de los 48,3 millones de habitantes a los 52,4 en 2050.
La Seguridad Social también prevé un aumento gradual de las tasas de ocupación y un aumento de la participación de trabajadores en edades adultas, así como un incremento de la productividad. El departamento de Escrivá estima que el desempleo rondará el 8,7% en el periodo 2031-2040 (a pesar de que el presidente del Gobierno se marcó la caída hasta el 8% como objetivo de la nueva legislatura) y caerá hasta el 5,5% en la década de 2050. Ahora es el doble (11,6%), según la última Encuesta de Población Activa.
Por otro lado, según los cálculos de la Seguridad Social, el Fondo de Reserva terminará el año con 5.500 millones de euros gracias a las aportaciones del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI).
“Las reformas en el mercado de trabajo y el dinamismo en el empleo están contribuyendo al reforzamiento del sistema mediante el aumento de los ingresos por cotizaciones sociales, que crecieron a un ritmo del 9,8% hasta agosto”, indica el ministerio en una nota de prensa.
[Noticia en elaboración. Habrá ampliación].
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