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México enfrenta desafíos por suspensión de importaciones ganaderas

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El rubro pecuario de México se encuentra en una situación crítica sin igual a causa de la interrupción temporal de las importaciones terrestres de ganado impuesta por los Estados Unidos. Esta acción, llevada a cabo por las autoridades norteamericanas, es una respuesta al resurgimiento del gusano barrenador, una plaga que perjudica seriamente al ganado desde noviembre del año anterior. La resolución ha provocado tensiones con México, cuyo secretario de Agricultura manifestó su desaprobación al afirmar que la medida no ayuda a la estrategia conjunta contra la plaga.

La suspensión afecta al ganado vacuno, equino y bisontes, y representa un golpe significativo para la industria ganadera mexicana, que exporta anualmente más de mil millones de dólares en ganado a Estados Unidos. El gusano barrenador, causado por la mosca Cochliomya hominivorax, provoca miasis, una enfermedad parasitaria devastadora para la producción pecuaria. Las autoridades estadounidenses justifican la medida recordando que en una plaga anterior, su industria ganadera tardó 30 años en recuperarse.

El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) informó que la decisión unilateral del gobierno de Estados Unidos para suspender importaciones de ganado impacta de manera severa al sector ganadero del país. Tan solo en Sonora y Chihuahua se estima que al día dejarían de ingresar 11.4 millones de dólares por la venta. Previo a la suspensión, la exportación diaria era de 2,500 cabezas desde Sonora y 3,200 cabezas desde Chihuahua a un precio promedio de 2,000 dólares por cabeza.

El CNA reconoció la respuesta oportuna del Gobierno de México ante los brotes de gusano barrenador y su voluntad de diálogo con Estados Unidos. Respaldaron la estrategia sanitaria y reiteraron su compromiso para colaborar en su ejecución. Consideraron innecesario cerrar cruces donde ya operan protocolos estrictos.

Asimismo, sugirieron aumentar la inversión en la generación y dispersión de moscas estériles, intensificar el monitoreo sanitario y luchar contra el contrabando de animales, y agilizar la aprobación de pasos fronterizos con instalaciones aprobadas. Señalaron que ahora, más que en cualquier otro momento, es imprescindible la cooperación genuina para controlar la plaga y garantizar la salud animal y el suministro alimentario para la gente de ambas naciones.

La situación se agrava con un impuesto del 25% aplicado a las exportaciones de ganado vacuno de México a Estados Unidos, en efecto desde el 4 de marzo. Este impuesto impacta de manera directa a los exportadores, quienes deben desembolsar este porcentaje por adelantado para cumplir con los procesos y posteriormente obtener el reembolso. Esta disposición ha sido objeto de críticas por parte de los productores de ganado, quienes advierten que la situación para la industria se torna más desafiante.

La reanudación de las exportaciones de ganado a Estados Unidos después de la pausa por el gusano barrenador se logró tras un acuerdo que pone en vigor medidas de control más estrictas. El acuerdo reduce a 500 becerros diarios los cruces fronterizos, comparado con los 2,800 anteriores, afectando a unas 240,000 cabezas de ganado detenidas en la frontera. Solo dos pasos fronterizos han sido autorizados: San Jerónimo y Agua Prieta/Nogales. Los becerros deben ser desparasitados e inspeccionados antes del cruce.

Las organizaciones ganaderas instan al gobierno a cerrar temporalmente la frontera con Guatemala y Belice para controlar el contrabando de ganado, que es un foco de la plaga del gusano barrenador. La cooperación entre México, Centroamérica y Estados Unidos es clave para enfrentar esta amenaza que impacta la economía rural y la seguridad alimentaria.

Por Alfonso David Berrueta

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